Entre velas y fotografías, cientos de mujeres exigen respuestas sobre sus desaparecidos
Ciudad de México, 15 de marzo de 2025 — En el corazón de la capital, la noche se iluminó con velas, rezos y gritos de exigencia. Cientos de madres buscadoras se congregaron en el Zócalo para sostener una vigilia en memoria de sus hijos desaparecidos, un acto de resistencia que se ha vuelto un ritual de dolor, esperanza y exigencia de justicia en un país marcado por la impunidad.
Las mujeres, muchas de ellas con rostros marcados por la fatiga y el dolor de años de búsqueda, colocaron fotografías de sus hijos en el suelo, rodeadas de veladoras y carteles con mensajes como ¿Dónde están? y Nos faltan miles. Algunas sostenían pancartas con nombres y fechas, otras se arrodillaban en silencio, mientras un grupo recitaba los nombres de los desaparecidos, uno a uno, en un eco que resonaba entre las paredes de Palacio Nacional.
“Nosotras no tenemos descanso”
Rosa Martínez, quien busca a su hijo desde 2017, explicó entre lágrimas que cada vigilia es un recordatorio para el gobierno y la sociedad de que las desapariciones no son cifras, sino vidas arrebatadas.
“Nosotras no tenemos descanso. Mientras otros duermen, nosotras seguimos buscando en fosas, en cuarteles, en registros oficiales. Cada noche es una tortura porque no sabemos si están vivos, si tienen frío, si los volveremos a abrazar,” dijo sosteniendo la fotografía de su hijo con una cinta negra en la esquina.
Junto a ella, María Guadalupe, madre de dos jóvenes desaparecidos en 2021, encendió una vela y se persignó. “Nos acusan de todo: que si nos pagan, que si nos organizamos para molestar al gobierno. Pero lo único que queremos es encontrarlos. Solo queremos respuestas.”
Del Zócalo al Palacio Nacional: el reclamo a las autoridades
Frente a las puertas de Palacio Nacional, tan lejos de palacio, pero tan cerca, de aquel lugar abarrotado por barrotes de metal, las madres extendieron con lonas y carteles con los rostros de los desaparecidos. Con altavoces y en medio de llantos, exigieron que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo– las recibiera, que la Fiscalía General de la República acelerara las investigaciones y que se garantizara la seguridad de quienes buscan a sus familiares.

“El gobierno nos ignora. La justicia no llega. Y mientras, los desaparecidos siguen aumentando,” denunció Carmen Solís, madre de un joven desaparecido en el Estado de México.
Durante la vigilia, activistas y organizaciones defensoras de derechos humanos acompañaron a las madres. Distintos colectivos expresaron su preocupación por la violencia contra los colectivos de búsqueda, recordando que muchas madres han sido asesinadas en el proceso.
“Buscar a un desaparecido en México es una sentencia de muerte,” advirtió uno de los defensores presentes.
Una noche de esperanza y rabia
Mientras la madrugada avanzaba, algunas madres se abrazaban entre sollozos, otras sostenían las manos de sus compañeras en señal de fortaleza. La vigilia cerró con una marcha silenciosa alrededor del Zócalo, en la que cada madre alzó una vela al cielo.
“Si el gobierno no nos busca, nosotras seguimos buscando. Y nunca dejaremos de hacerlo,” dijo Rosa antes de despedirse.
Las velas se apagaron, pero el eco de sus voces siguió resonando en la plaza.
El abarrotado Palacio, donde vive la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, las madres le gritaban “Asesina”, “NarcoPresidenta”; El mismo monólogo que replicaba en campaña, de “Llegamos Todas”, es lo que retumbaba a las afueras del palacio presidencial, “No llegamos todas”. Porque mientras la presidenta está de gira supervisado programas sociales, infraestructura; en el centro del país, la capital, más de 4 mil personas abrazaban a las madres buscadoras.

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