La imagen que proyecta de una líder fuerte y decidida se desvanece rápidamente ante las crecientes críticas de los ciudadanos, que observan con desesperación cómo su administración está marcada por el derroche millonario, la inseguridad desbordada y un vacío de liderazgo que parece empeorar con cada decisión.
La polémica escaló a nuevas alturas cuando se reveló que su gobierno aprobó una adjudicación directa millonaria a una empresa de espectáculos, mientras el municipio se ahogaba en problemas de seguridad pública.
Los ciudadanos no solo acusan a Wong de malgastar recursos en eventos superficiales, sino también de ignorar la grave crisis de inseguridad que ha convertido a Tecámac en un campo de batalla, con hechos de violencia a la alza, afectando a miles de familias.
El último golpe a la credibilidad de Wong llegó el pasado 14 de marzo de 2025, con la aprobación del nuevo Código Reglamentario Municipal, que incluye una de las medidas más controvertidas en la historia reciente del municipio: el sacrificio de perros reincidentes.
Esta decisión, tomada sin debate público y en tiempo récord, ha dejado a la ciudadanía perpleja. Según el artículo 2.434 del nuevo código, cualquier perro capturado por segunda vez en la vía pública no podrá ser devuelto a sus propietarios y será sacrificado de inmediato.
Lo que enciende aún más la indignación es el proceso de aprobación, que fue tan acelerado y opaco que el código fue entregado a los regidores apenas cinco horas antes de la votación. Un documento de 731 páginas, con implicaciones legales y sociales tan serias, no puede ser estudiado adecuadamente en tan poco tiempo.
Las advertencias de los regidores opositores, como Gerardo Triana y Carlos Orozco, sobre la posible ilegalidad de la medida, fueron ignoradas por la mayoría de los miembros del Cabildo, que aprobaron el código sin mayor cuestionamiento.
La Figura de Yolanda Wong: ¿Líder o Títere?
El verdadero escándalo, sin embargo, no es solo la decisión del sacrificio de animales, sino el vacío de poder que la acompaña. Muchos en Tecámac han comenzado a cuestionar si Yolanda Wong realmente tiene el control de su gobierno.
En la práctica, el verdadero “presidente”, Carlos Galindo, actual secretario del Ayuntamiento, parece ser el verdadero poder detrás del trono. Con un largo historial de vínculos políticos y de poder, Galindo ha sido señalado como el hombre que toma las decisiones, mientras que Wong se limita a ser una figura decorativa, sin autonomía para dirigir su administración.
Este panorama ha generado una creciente desconfianza entre los ciudadanos, quienes sienten que su presidenta es simplemente una fachada para decisiones que no son de su autoría.
La falta de respuestas de Wong ante las críticas, y su silenciosa aceptación de medidas tan drásticas y controvertidas, solo refuerzan la percepción de que, aunque ostente el título de presidenta municipal, no es quien está al mando.
La aprobación del código no solo pone a Tecámac en el centro de la controversia por el trato a los animales, sino que también expone la falta de ética y responsabilidad en la toma de decisiones de la administración Wong.
A nivel nacional, la eutanasia sistemática de animales está prohibida, y tanto organizaciones de protección animal como el expresidente Andrés Manuel López Obrador se han opuesto abiertamente a esta práctica.
Sin embargo, Tecámac parece ignorar esta postura, sumergiéndose en un enfoque drástico y autoritario que deja claro que los derechos de los animales son una prioridad menor para la actual administración.
Pero la historia de abuso no se limita a los animales. La adjudicación millonaria a una empresa de espectáculos sin licitación pública, el derroche de recursos en eventos superficiales y la ausencia de medidas reales para mejorar la seguridad han dejado una profunda huella de descontento entre los habitantes del municipio.
Los comentarios en redes sociales, y en las calles apuntan a un gobierno distante y desconectado de las necesidades de la población.
Cabe recordar, que, en febrero, la administración de Galindo – Wong han desmantelado más de 60 árboles en el parque “La soledad”, un espacio tan simbólico para los locatarios. No solo la incapacidad de gobernar de Wong se centra sí hace bien su tarea, si se delimita hacerlo; si no también, se cuestiona a los funcionarios en su gabinete.
La administración de Yolanda Wong está al borde del colapso. La falta de liderazgo, la negligencia en la seguridad pública y el escándalo de la eutanasia de animales marcan una gestión fallida que sigue perdiendo apoyo.
La pregunta ahora es: ¿realmente Yolanda Wong está tomando las decisiones o simplemente está siendo utilizada como una cortina de humo para encubrir las verdaderas motivaciones del verdadero presidente y sus aliados políticos?
Tecámac se enfrenta a una crisis de credibilidad y confianza. Un municipio que debería estar avanzando hacia un futuro más justo y equitativo parece estar estancado en un abismo de decisiones autoritarias, opacas y crueles.
Mientras los ciudadanos piden cambios reales, la administración de Wong parece empeñada en perpetuar el caos en lugar de solucionarlo.
La sombra de Carlos Galindo sobre la presidencia de la presidente – no presidenta – es una advertencia clara: Tecámac no solo tiene un gobierno sin rumbo, sino un gobierno dominado por intereses ocultos.
Las decisiones tomadas en las sombras, sin debate público ni consulta ciudadana, son la prueba de que la administración de Wong es más una fachada vacía que un gobierno legítimo que realmente escucha y responde a las necesidades de su gente.
Marcos Rosas es corresponsal y Jefe de la Oficina de El Ambientalista Post en México. Cubre eventos de política y medio ambiente. Coordina trabajos de prensa de América Latina desde México. Más de Marcos Rosas.
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