A las puertas de las oficinas de Aguakan, la empresa privada encargada del suministro de agua potable y tratamiento de aguas residuales en Cancún, un pequeño grupo de ciudadanos llegó este viernes por la mañana con una sola exigencia: que la empresa asuma su responsabilidad por una fuga persistente de aguas negras que, según denuncian, ha contaminado la Laguna Chacmuchuch durante al menos tres años.

La protesta fue encabezada por la Asociación Civil de Sivicultores de Isla Mujeres Continental, representada por sus presidentas Claudia Hernández y Claudia Canul, junto con el activista ambiental Bernardo Hautenne —director del documental “Chacmuchuch, un ecocidio quieto”— y otros vecinos de la zona. Con pancartas en mano y demandas concretas, denunciaron un derrame visible desde 2023, a unos metros de la Universidad del Caribe.
“Ya lo sabían, ya se los dijimos, y lo taparon con piedras”, dijo Hautenne en entrevista. “Esto no es una solución, es un encubrimiento”.

Según relatan los manifestantes, en 2023 se registraron por primera vez estos derrames provenientes de la planta de tratamiento de Aguakan. Tras una limpieza superficial realizada en colaboración con los llamados “guardianes de la Chacmuchuch”, los flujos contaminantes no cesaron. La fuga sigue activa a la fecha, y la empresa, aseguran, ha hecho caso omiso a sus llamados.
Más grave aún, denuncian que hace apenas unos días —el 4 o 5 de abril— personal de la empresa colocó piedras sobre los residuos para ocultar la fuga. Sospechan que esta acción buscaba encubrir la contaminación ante la inminente visita de Ana Paty, figura política local que participaría en una jornada de limpieza con activistas ambientales en la zona.
“Esto no puede seguir así. Queremos consecuencias legales, no solo una manguera y una disculpa”, añadió Claudia Canul, una de las organizadoras.
Durante la protesta, representantes de Aguakan descendieron a dialogar con el grupo, y acordaron una reunión formal para el próximo lunes a las 9 de la mañana. Los manifestantes confirmaron que aprovecharán ese espacio para entregar una denuncia formal por los daños ecológicos, y reiterarán su exigencia de que el servicio de agua en Benito Juárez regrese a manos públicas.
“Queremos que el agua deje de ser un negocio y vuelva a ser un derecho garantizado por el Estado”, dijo Claudia Hernández. “No puede estar en manos de una empresa que permite este tipo de ecocidios”.
La Laguna Chacmuchuch, un humedal de gran valor ambiental ubicado entre Cancún e Isla Blanca, ha sido blanco de múltiples impactos por el crecimiento urbano desordenado, vertidos ilegales y, ahora, por el deterioro de infraestructura pública concesionada a empresas privadas.
Por ahora, la protesta logró lo que parecía imposible: sentar a Aguakan en la mesa. Pero los vecinos saben que eso no garantiza justicia. “Esto no es una foto más en redes sociales”, dijo Hautenne. “Es una lucha por el agua, por la vida y por la verdad”.
Bernardo Hautenne es un documentalista y activista que ayudo a la redacción de esta nota.
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