Chile acogerá del 20 al 22 de agosto el IV Encuentro Latinoamericano y del Caribe por la Justicia Climática, una cita que reunirá a organizaciones, redes ymovimientos sociales de la región con un objetivo central: radicalizar la denuncia contra las falsas soluciones a la crisis climática y visibilizar sus impactos en los territorios.
El evento, organizado por la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática (PLACJC) y la Campaña Global para Exigir Justicia Climática (DCJ), se enmarca en la segunda fase del proyecto Detener la Captura Corporativa Climática.
La instancia es levantada por organizaciones como Migrantas, Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), GAIA, Colectivo VientoSur, Alianza Basura Cero Chile, Fondo Alquimia, Marcha Mundial de las Mujeres, Observatorio de Conflictos Ambientales (OLCA) y Tomate Rojo, entre otras. En paralelo, y en sinergia con la Coalición Mundial por los Bosques (CFG), la Red Ambiental del Papel (EPN) y la Red de Acción sobre la Biomasa (BAN), se realizará una reunión con comunidades afectadas por proyectos de biomasa en Chile.
Durante el encuentro se dará a conocer un reciente informe del Mapa de Falsas Soluciones a la
Crisis Climática, que reveló que en Chile existen 30 proyectos que, pese a presentarse como
acciones climáticas, refuerzan el modelo extractivo y no reducen las emisiones globales. El mapa
busca ser una recopilación comunitaria de datos geográficos que identifican la amenaza de Falsas
Soluciones y es producto de una articulación entre la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por
la Justicia Climática y la Campaña Global para Exigir Justicia Climática.
El análisis, liderado por el Colectivo de Geografía Crítica del Ecuador, muestra que la mayor parte
de estos proyectos se concentra en Antofagasta (6 casos), Atacama (4) y Biobío (4), regiones con
larga historia de explotación minera, energética y forestal. Entre las iniciativas destacan plantas
de biomasa (7 casos), proyectos de hidrógeno verde y combustibles sintéticos (6), hidroeléctricas
(5) y minería de minerales críticos (5), principalmente litio y cobre.
Seis de los proyectos identificados se ubican en o cerca de áreas protegidas del SNASPE, y otros se superponen con territorios indígenas y ecosistemas frágiles.Seis proyectos se ubican dentro o cerca de áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), como el Parque Nacional Chiloé y la Reserva Nacional Magallanes. Otros coinciden con territorios indígenas y ecosistemas frágiles como humedales y cuencas hídricas, aumentando la presión sobre comunidades locales.
En lugares como San Pedro de Atacama, el uso intensivo de agua para producir energía “limpia” genera inquietud entre habitantes que dependen de acuíferos en zonas desérticas. En Biobío, las plantas de biomasa incrementan la contaminación del aire en comunas rodeadas de monocultivos forestales. El financiamiento revela un fuerte peso de capital extranjero: Francia (4 casos), China (2), España (1), además de esquemas de cooperación multilateral con Reino Unido, Canadá y Estados Unidos. En 9 casos, el origen de los fondos no pudo determinarse. La mayoría (29) recibe financiamiento privado, seguido por fondos públicos nacionales (12) e instituciones financieras internacionales como el BID, FMI o CAF (9). El informe señala que esta composición muestra la primacía
“Estos casos se localizan en áreas como el Parque Nacional Chiloé, el Parque Nacional Nevado
Tres Cruces, la Reserva Nacional Magallanes, la Reserva Nacional Río Los Cipreses y la Reserva
Nacional Laguna Parrillar” – Colectivo de Geografía Crítica. de intereses corporativos sobre las agendas estatales.
Para las organizaciones que elaboraron el informe, esto evidencia una geopolítica del
financiamiento climático que concentra el poder en actores corporativos y limita el rol del Estado.
“La procedencia de los fondos, en su mayoría privados o provenientes de actores del
norte global, evidencia una geopolítica del financiamiento climático que reproduce
relaciones de poder desiguales entre países emisores históricos y territorios del sur
global, condicionando las agendas nacionales a intereses externos. Se observa una alta
concentración de capital europeo y asiático —con Francia, China y España como actores
clave—, junto con combinaciones de cooperación multilateral que refuerzan el peso de
capitales externos en la toma de decisiones” – Colectivo de Geografía Crítica.
El informe y el encuentro coinciden en un diagnóstico: la transición energética en Chile no es una
transformación, sino una reconfiguración del extractivismo. Por ello el encuentro contempla
una jornada abierta en alianza con la Universidad de Playa Ancha donde se dará a conocer el
informe. Durante el viernes 22 de agosto en el Auditorio de Ciencias Naturales e Ingeniería de la
Universidad de Playa Ancha recibirá a las 11.20 el Foro Seminario Internacional: Cambiemos el
sistema, no el clima, que se transmitirá también por una red de comunicación de organizaciones
ambientales y medios independientes de Latinoamérica y el Caribe y cuya inscripción se puede
realizar en este enlace.
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