Las dunas de Samalayuca se encuentran cerca de la frontera con EEUUA. Son un sitio de gran valor paisajístico considerado como una maravilla natural por los habitantes del norte del país. Hace años se estableció un área natural protegida en la zona para cuidar de la salud del ecosistema, sin embargo, desde entonces una empresa transnacional minera de capital canadiense conocida como “La Gloria” ha usado su poder político y económico para imponer un proyecto de extracción de cobre en la zona. Ante esta situación, académicos, activistas, ejidatarios y población en general se han sumado para impedir la instalación de esta mina que pondría en riesgo la continuidad de la vida comunitaria como la conocemos.
A pesar de las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, con respecto a que la mina de Samalayuca sería cancelada, la empresa mantuvo vigente hasta el mes de enero del 2023 la venta de las acciones de la compañía, por lo que se mantuvo activa y lista para empezar su proyecto de extracción.
También organizaciones como el Frente Eco-Social en Defensa de Samalayuca se mantuvieron activas, alzando la voz por la protección del patrimonio natural y cultural de la zona, ya que la producción campesina, la calidad del agua y la existencia misma de las dunas de arena se ven amenazadas por esta mina.
En ese sentido, académicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia realizaron un foro para enumerar los efectos negativos y las razones por las cuales no se puede permitir un proyecto de la magnitud de una mina en una zona desértica con ecosistemas frágiles y en un sitio donde hay miles de petrograbados de los pueblos originarios que persisten como un verdadero tesoro arqueológico para el norte de México
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