En un mundo cada vez más inquieto por las consecuencias del calentamiento global, los ciudadanos de Perú y Colombia destacan como los más preocupados. Según un estudio global de la firma Ipsos, el 69 % de los peruanos y el 68 % de los colombianos consideran que el cambio climático representa la mayor amenaza para la humanidad. Estas cifras colocan a ambos países a la cabeza de una tendencia que resalta particularmente en América Latina.
A escala mundial, el 74 % de la población afirma estar preocupada por los efectos del cambio climático, una percepción que ha crecido desde 2022 en la mayoría de los países, especialmente aquellos más vulnerables. En Filipinas, por ejemplo, el 90 % de los encuestados expresó un alto nivel de preocupación; en Sudáfrica, fue el 88 %, y en Indonesia, el 87 %.
En contraste, los niveles más bajos se registraron en países europeos como Suiza (53 %), Suecia (56 %) y Alemania (62 %), donde el impacto del cambio climático se percibe con menor urgencia.
Latinoamérica no solo destaca por su nivel de alarma, sino también por la presión ciudadana hacia los gobiernos. En México, el 77 % de la población exige una acción climática más decidida, seguido por Perú (74 %), Argentina (72 %) y Colombia (70 %). En Brasil, país anfitrión de la próxima cumbre climática COP30, tres de cada cuatro personas consideran que el gobierno debe hacer más, mientras que apenas uno de cada tres siente que se le exige demasiado a la ciudadanía.
Sin embargo, el compromiso personal parece estar en declive. A pesar del aumento en la preocupación, solo el 64 % de los encuestados considera que no actuar individualmente es una falla hacia las futuras generaciones. Este porcentaje ha disminuido en todos los países en comparación con los datos de 2021.
Los niveles más altos de apoyo a la acción individual se encuentran en Filipinas, Indonesia, México, Colombia y Brasil. En contraste, en Estados Unidos —donde el expresidente Donald Trump retiró al país del Acuerdo de París durante su mandato— apenas el 29 % cree que su nación es líder en la lucha contra el cambio climático.
El informe también revela una desconexión entre la percepción pública y la realidad del progreso global. Solo el 26 % de los participantes respondió correctamente que el mundo ha cumplido apenas una quinta parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas.
En Europa, la preocupación gira en torno a los costos de la transición energética. En Alemania, Países Bajos, Bélgica y Francia, más de la mitad de los ciudadanos cree que el paso de los combustibles fósiles a las energías renovables encarecerá los precios domésticos de la energía. En España, ese temor es menor: solo el 38 % lo comparte.
También hay escepticismo sobre la sostenibilidad de los vehículos eléctricos. Más de la mitad de los encuestados en Francia, Polonia, Bélgica y Alemania considera que estos automóviles son igual de dañinos para el planeta que los convencionales. España, nuevamente, muestra menos desconfianza: solo el 35 % apoya esa afirmación.
La encuesta fue realizada entre 23.745 personas en 32 países de todos los continentes. Sus hallazgos retratan un mundo en el que la preocupación por el clima va en aumento, pero donde el cansancio, la desinformación y las barreras económicas comienzan a frenar la voluntad de actuar.
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