La gestión de aguas pluviales es crucial para enfrentar lluvias intensas y el cambio climático. Recientemente, en ciudades globales, se han desarrollado sistemas avanzados para controlar el agua de lluvia y reducir las inundaciones. Sin embargo, el caso de México destaca como la falta de infraestructura innovadora para manejar adecuadamente este elemento, algo que puede traer graves consecuencias para la población.
Una solución efectiva que ha sido aplicada en otros lugares es la infraestructura verde, como jardines de lluvia y pavimentos permeables. Estas herramientas permiten que el agua se infiltre en el suelo en lugar de convertirse en residuos contaminantes. Además, ayudan a reducir la carga en los sistemas de drenaje y previenen la contaminación de ríos y arroyos. Otros métodos más tradicionales, como túneles de almacenamiento y tanques de retención, pueden manejar grandes volúmenes de agua y desbordamientos de aguas residuales.
En México, la gestión de aguas pluviales enfrenta grandes desafíos, evidenciados por recientes inundaciones en varias regiones. Las lluvias torrenciales de agosto de 2024 demostraron la vulnerabilidad de la infraestructura hídrica en el país. Localidades como el Estado de México, Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo y Campeche sufrieron inundaciones graves,tras este periodo meteorológico resaltando la urgencia de mejorar la gestión de aguas pluviales en el país.
Así, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) tomó medidas para abordar la situación mediante diferentes estrategias. Las Brigadas de Protección a la Infraestructura y Atención de Emergencias (PIAE) realizan operativos de emergencia, bombeando miles de metros cúbicos de agua y distribuyendo agua potable en áreas afectadas. En Campeche, por ejemplo, se extraen grandes volúmenes de agua para asistir a miles de residentes. En Veracruz y Tamaulipas, se realizan labores de limpieza de drenajes para prevenir futuros desbordamientos.
Sin embargo, estos esfuerzos surgen principalmente en momentos de crisis, no como mecanismos preventivos. Por esta razón, la prevención toma relevancia, tanto de infraestructura verde como tradicional. La experiencia internacional muestra que una combinación de métodos es efectiva. En este contexto, México necesita fortalecer la infraestructura existente y adaptar las estrategias a las condiciones climáticas cambiantes, tomando ejemplos de buenas prácticas globales para mejorar la gestión de aguas pluviales y proteger a las comunidades vulnerables.
NotiPress/Hannah Cubells
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