Las lomas costeras, un oasis de niebla que debemos proteger

La formación de una loma costera es una de esas casualidades de la naturaleza que se suman a su vastedad de creaciones maravillosas. En el desierto sub-tropical que es el litoral peruano y chileno; de extrema aridez y con una altura que va desde el nivel del mar hasta los 1,800 m de altura; se manifiesta una zona ecológica excepcional, a modo de “islas” en medio de inmensos arenales, conocida como lomas. Un oasis de niebla que enverdece el desierto en ciertas épocas del año. Su ocurrencia es la yuxtaposición de un frágil equilibrio entre las corrientes marinas, los vientos, la altitud de los Andes y los eventos climáticos extremos.

Estas formaciones se ubican próximas a los centros urbanos más poblados del Perú.  Un ejemplo es su capital Lima, una ciudad que abarca más de 11 millones de habitantes (aproximadamente 1/3 de la población nacional). Lima es una ciudad que en las últimas décadas ha experimentado un crecimiento poblacional descomunal, que ha llevado a la expansión territorial desordenada y fragmentada. Precisamente las invasiones de terrenos para viviendas en zonas de lomas es una de las principales amenazas de estos ecosistemas, junto a la minería metálica y no metálica, el tráfico de terrenos y el pastoreo itinerante y no regulado de ganado caprino y vacuno.

El pasado 22 y 28 de marzo, fuimos envueltos en un escándalo que pudo tener consecuencias devastadoras. El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre del Perú (SERFOR), emitió 02 Resoluciones de Dirección Ejecutiva, donde resolvían aprobar la exclusión de la “Lista Sectorial de Ecosistemas Frágiles” a 03 lomas costeras. 

La denominación de un ecosistema frágil le da la categoría de áreas de alto valor de conservación que albergan una gran riqueza en especies de flora y fauna silvestre, dentro de las cuales se registra especies amenazadas y endémicas. Con hábitats en buen estado de conservación que brindan servicios ecosistémicos a la población local y beneficios que trascienden a su ubicación. Por tales motivos, estas áreas requieren medidas de cuidado específicas y protección para evitar su degradación.

¿Cuál fue el fundamento de este “desliz”? En el 2019, mediante Decreto Supremo N° 011-2019-MINAM se crea el “Área de Conservación Regional Sistema de Lomas de Lima (ACR)”, una iniciativa que tiene como fin proteger estos ecosistemas frágiles que por años han estado en peligro de desaparición. Dicho decreto establece que bajo el escenario de creación de una ACR en áreas que se superpongan con ecosistemas frágiles previamente identificados e incorporados en la mencionada Lista, procede la evaluación de su permanencia en  la “Lista Sectorial de Ecosistemas Frágiles”.

La justificación para excluir a 03 lomas, fue una superposición de áreas entre las Lomas costeras y el ACR, sin embargo, esto ha despertado cuestionamientos y no es del todo convincente dado que del 100% de superficie de una de las lomas en cuestión; la Loma de Carabayllo; solo el 24% está dentro del ACR. El remanente 76% estaría susceptible a todas las amenazas mencionadas en párrafos anteriores.

“la acción ciudadana y el activismo de conservación jugaron un papel crucial”

Ante esta situación, la acción ciudadana y el activismo de conservación jugaron un papel crucial. Los colectivos locales se manifestaron en contra de la medida y junto a la población exigieron su revocación. El 01 de abril se logró la anulación del decreto. 

Esto es un logro nacional y para la comunidad de conservación de ecosistemas,  un ejemplo de unión ciudadana en lucha por un objetivo común para proteger nuestro patrimonio ambiental.

Por: @dorotiDoriti (Corresponsal Lima, Perú)