El descubrimiento del Guarocuyus jaraguanus fue difundido en una publicación de la revista científica Zootaxa. Miguel Landestoy, responsable del hallazgo y del artículo, dijo a Diario Libre que el nombre de esta especie de lagartija fue en honor al cacique Guarocuya (Enriquillo).
De acuerdo a Landestoy, el nuevo taxón a la fecha solo se conoce en dos pequeños cayos adyacentes en la Laguna de Oviedo, en la península de Barahona: Cayo de las Iguanas y Cayo Pei. Sostuvo, además, que la especie encontrada podría ser “una reliquia de un linaje anteriormente generalizado”.
El artículo detalla que este nuevo género está genéticamente vinculado con el clado (ramas del árbol filogenético propuesto para agrupar a los seres vivos) que contiene a otros grupos de lagartijas como el Celestus Gray, Comptus Schools & Hedges o el Panolopus Cope.
Agrega que la especie fue comparada con los géneros celestinos y que, morfológicamente, es diferente por tener una red interdigital en tres dedos y la abertura de la oreja más ancha. “Adicionalmente, la especie Guarocuyus jaraguanus tiene algunos atributos ecológicos que cuando se combinan parecen ser únicos, incluidos hábitos nocturnos, una cola semiprensil y un estilo de vida facultativamente arbóreo”, señala la publicación de Landestoy.
Su hábitat
Landestoy, fotógrafo y estudiante de biología, señala en la publicación que el hábitat del Guarocuyus jaraguanus en Cayo de las Iguanas es el bosque seco sobre roca caliza, un espacio en el que la vegetación arbórea está dominada por Bursera simaruba, Metopium toxiferum y Conocarpus erectus.
“Las lagartijas se encontraron expuestas en el suelo (rocas, hojarasca y raíces de mangle negro) y debajo de grandes bromelias y agaves al anochecer y después. A pesar de que la mayoría de los individuos (52 vistos en total) se observaron sobre rocas en el suelo, varios buscaban alimento en el lodo seco dentro del sistema de raíces de los manglares negros (Avicennia germinans) a 2–3 metros de la orilla de la laguna”, señala.
En la publicación también se reportó dos nuevas localidades de Celestus macrotus, una especie poco conocida y en peligro de extinción previamente conocida solo del lado haitiano de la cordillera Macizo de la Selle-Sierra de Bahoruco.
¿Una especie amenazada?
Al ser preguntado sobre la condición de la especie descubierta, Landestoy sostuvo que pese a que los cayos que sirven de albergue a esta lagartija tienen una protección natural, puesto que están rodeadas de agua, “merecen una investigación adicional en profundidad con el objetivo de revelar su distribución real y estado de conservación”.
“El cayo más grande es un destino popular para los turistas y puede estar sujeto a algunos niveles de perturbación; además, se deben considerar posibles invasiones de especies dañinas”, sostuvo.
Agregó que “con base en los criterios de la Lista Roja de la UICN (UICN 2022), evaluamos el estado de conservación de Guarocuyus jaraguanus como En Peligro Crítico (CR B2a), según su distribución muy pequeña y las amenazas de alteración del hábitat y depredadores introducidos”.
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