Brasil devastó en promedio 56,4 kilómetros cuadrados de selvas, sabanas o flora campestre durante cada día de 2022. Es un área del tamaño de un país como Bermudas.
La tala para abrir espacio para proyectos agropecuarios fue responsable por el 95,7 % de toda la deforestación registrada el año pasado en Brasil. Uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos y líder global en productos como carnes y soja.
La deforestación avanza
Los datos surgen del Informe Anual de Deforestación de 2022 de MapBiomas. Una red que agrupa ONGs, universidades y empresas de tecnología para analizar el uso del suelo con la ayuda de imágenes de satélite.
Se incluye la devastación en todo el territorio brasileño a partir del análisis de los 76.193 puntos en que los satélites emitieron alertas por desaparición de cobertura vegetal en todos los ecosistemas del país. Incluye la Amazonía, el Cerrado (sabana) y el Pantanal.
De acuerdo con MapBiomas, en los últimos cuatro años, desde que comenzó a divulgar informes anuales de deforestación, Brasil ha perdido cerca de 66.000 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal, un área del tamaño de un país como Lituania o Sri Lanka.
El gigante latinoamericano ya había perdido 16.824 kilómetros cuadrados en 2021, área en un 20% mayor que la destruida en 2020.
La Amazonía
La mayor devastación el año pasado en Brasil se registró en la Amazonía. La mayor selva tropical del mundo, con una destrucción de 11.926 kilómetros cuadrados (área del tamaño de Catar), el 58 % de toda la vegetación desforestada en el país.
Según los cálculos de MapBiomas, la Amazonía brasileña perdió a cada segundo del año pasado un promedio de 21 árboles.
El Cerrado, la Caatinga y el Bosque Atlántico
Entre los ecosistemas que más perdieron cobertura vegetal en 2022 se ubicaron el Cerrado, con 6.597 kilómetros cuadrados desforestados (32,1 % del total) y la Caatinga (zona semiárida del noreste), con 1.406 kilómetros cuadrados (6,8 %).
En el Bosque Atlántico, el ecosistema más devastado del país y que ya perdió el 71 % de su cobertura vegetal, fueron destruidos otros 100 kilómetros el año pasado (1,5 % del total).
El Bosque Atlántico, sin embargo, fue el único ecosistema en que la deforestación se redujo el año pasado. Los otros cinco registraron aumentos, incluyendo el Pantanal y la Pampa.
Las reservas indígenas, clave para la preservación
El estudio de MapBiomas concluyó que las áreas más afectadas por la desforestación el año pasado fueron las cubiertas por vegetación selvática (64,9 % del total). Seguidas por las de vegetación de sabana (31,3 %) y por las de vegetación campestre (3,6 %).
Igualmente concluyó que las áreas más preservadas, en cambio, son las ocupadas por Tierras Indígenas. Allí la deforestación fue equivalente al 1,4 % del área destruida el año pasado en el país.
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