El Ambientalista Post Megazine
Linda Mejía: Activista del año 2024
Linda Godínez Mejía es una joven activista dedicada a la conservación marina en Yucatán. Fundadora de Rebirthreef, trabaja en la restauración de arrecifes de coral y promueve la educación ambiental con comunidades pesqueras. Con una visión de océanos saludables y corales repoblados, inspira a las nuevas generaciones a involucrarse en la protección del medioambiente.
Linda Godínez Mejía es una joven activista con una misión clara: proteger y restaurar los ecosistemas marinos de Yucatán. Desde su trabajo con comunidades pesqueras hasta su participación en iniciativas científicas, ha demostrado que la juventud puede marcar la diferencia en la conservación de los arrecifes de coral. En esta entrevista, comparte su trayectoria, desafíos y visión para el futuro de los océanos.
Desde pequeña, Godínez Mejía fue scout, lo que le enseñó valores fundamentales sobre el respeto y la conservación de la naturaleza. Creció con la frase “deja el mundo en mejores condiciones de como lo encontraste” y, al tomar conciencia del deterioro ambiental, decidió actuar. Su primer proyecto, Raíces del Cambio, tuvo como objetivo visibilizar y erradicar la discriminación hacia comunidades indígenas. Posteriormente, exploró más iniciativas medioambientales y finalmente se enfocó en la conservación marina, un área en la que vio una urgente necesidad de acción.
Los océanos cubren más del 70% de la superficie del planeta y albergan una vasta biodiversidad que sustenta la vida en la Tierra. Sin embargo, enfrentan amenazas sin precedentes debido al cambio climático, la contaminación y la sobrepesca. Entre los ecosistemas más afectados se encuentran los arrecifes de coral, que han perdido aproximadamente el 50% de su cobertura global desde la década de 1950, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estas estructuras, fundamentales para la vida marina, proporcionan refugio a cerca del 25% de las especies oceánicas y actúan como barreras naturales contra tormentas y erosión costera.
Su interés por los arrecifes de coral surgió después de ver un documental sobre el tema, lo que la llevó a investigar proyectos en México y descubrir que había un vacío en este campo. En 2022, una amiga la invitó a un voluntariado en Yucatán para la conservación de tortugas marinas. Aunque ya tenía un viaje planeado a Alemania, decidió cancelarlo y trasladarse a Yucatán. Allí encontró un coral muerto en la playa, lo que fortaleció su determinación de dedicarse a su restauración. Como parte de este proceso, dejó su carrera en Relaciones Internacionales en el Colegio de México y se mudó a Yucatán para estudiar Desarrollo y Gestión Intercultural.
Uno de los primeros obstáculos que enfrentó en su activismo fue la estructura interna del movimiento scout, que limitaba su participación en marchas y proyectos independientes. También tuvo que afrontar la resistencia de su familia cuando tomó la decisión de cambiar de carrera. En el ámbito del activismo, ha observado cómo las estructuras académicas dificultan el acceso a la ciencia y cómo el clasismo en ciertas comunidades complica la colaboración. Además, ha notado que dentro del activismo ambiental, a menudo hay competencia en lugar de cooperación, cuando el objetivo debería ser el bienestar del medioambiente.
Godínez Mejía fundó Rebirthreef, una organización enfocada en la restauración de arrecifes de coral en Yucatán. Junto con un equipo de jóvenes, trabaja en proyectos de innovación científica, monitoreo de corales y sensibilización ambiental. Su visión es establecer un laboratorio de crianza de corales dentro de un contenedor de tráiler, empleando tecnología para estudiar la resistencia térmica y genética de los corales. Con este proyecto, busca demostrar que la juventud también puede liderar iniciativas científicas sin necesidad de décadas de experiencia en la investigación.
Para ella, la educación ambiental es clave en la conservación marina. Ha desarrollado talleres dirigidos a niños, festivales en los que se recrean ecosistemas marinos y colaboraciones con comunidades pesqueras para fomentar la pesca sostenible. Además, desea que los laboratorios de Rebirthreef sean espacios accesibles para la formación de nuevas generaciones de científicos y activistas.
Si no se toman medidas urgentes, considera que muchos arrecifes de coral desaparecerán en los próximos diez años, lo que tendría consecuencias devastadoras para la biodiversidad marina y las comunidades costeras que dependen de ellos. Los arrecifes no solo sostienen la vida marina, sino que también proporcionan alimentos, ingresos y protección para millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, mantiene la esperanza de que, con conciencia y acciones concretas, se puedan restaurar. Su visión a largo plazo es un océano con corales saludables, especies repobladas y comunidades locales comprometidas con su protección.
Godínez Mejía alienta a los jóvenes a involucrarse en la conservación marina y a no permitir que nadie les diga que no pueden hacerlo. Cree que el activismo y la ciencia deben estar abiertos a todos, y resalta la importancia de pensar globalmente y actuar localmente. Para ella, cada acción cuenta y, con determinación, es posible generar un impacto significativo en la protección de los océanos.
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